La Feria Migrante, evento destinado a enaltecer la interculturalidad, inclusión y diversidad, se consolida como un espacio para descubrir y disfrutar de la riqueza de emprendedores provenientes de diversas regiones. Este fin de semana, los protagonistas fueron los exponentes de la cultura venezolana, quienes deleitaron a los visitantes con una amplia variedad de productos y sabores auténticos. Detalles sobre esta exitosa celebración a continuación.
En una iniciativa que promueve la integración y el respeto por las diferencias, la Feria Migrante abrió sus puertas para rendir homenaje a la cultura venezolana. El evento, que tuvo lugar el pasado viernes en Plaza Houssay y continuará durante el sábado y domingo en Parque Rivadavia, ha sido el escenario ideal para apreciar y adquirir productos típicos de la gastronomía venezolana.
“La Feria Migrante busca potenciar la interculturalidad, la inclusión y la diversidad a través de stands que realzan las características más representativas de los emprendedores de las diferentes regiones”, destaca la Ciudad que resalta la importancia de esta plataforma para fortalecer los lazos entre comunidades.
En este sentido, los asistentes tuvieron la oportunidad de sumergirse en una experiencia gastronómica única, degustando especialidades venezolanas como tequeños, arepas, pan de jamón, pan piñita, pan andino, cachapas, golfeados, patacón, licuados frutales, y postres clásicos como tres leches o torta de piña. Además, se ofrecieron opciones dulces sin gluten ni azúcar, ampliando así la oferta para todos los gustos y necesidades.
“Es un espacio donde la comida es el puente que une a las personas, permitiendo conocer y valorar la riqueza de nuestra cultura”, afirmó un expositor venezolano, reflejando el espíritu de colaboración y entendimiento que impulsa la Feria Migrante.
Asimismo, el evento no se limitó a la gastronomía, ya que también se exhibieron artesanías tradicionales, desde estampados hasta muñecas, ofreciendo a los visitantes la posibilidad de llevarse consigo un pedazo auténtico de la cultura venezolana. “¡Muchas cosas más! En todos los puestos se puede abonar con medios de pago electrónicos, efectivo, tarjetas de crédito y débito”, señala la organización.
En un fin de semana cargado de sabor y tradición, la Feria Migrante logró consolidarse como un espacio inclusivo y enriquecedor. La celebración de la cultura venezolana no solo permitió a los asistentes disfrutar de auténticos manjares, sino que también fomentó el diálogo entre comunidades y la apreciación de la diversidad. Así, eventos como este continúan siendo vitales para fortalecer los lazos culturales y construir puentes de entendimiento en nuestra sociedad. La Feria Migrante, un ejemplo palpable de la riqueza que aportan las diferentes tradiciones a nuestro entorno.
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